El monasterio adquirido hace unos veinte años es el más joven de Europa. Es por eso que se encuentra abierto también a las nuevas tecnologías. Para la protección de los accesos y las puertas existían los más diversos sistemas. Entonces se planteó la pregunta: ¿Qué debe poder hacer un sistema de cierre que encaje en el monasterio? Tardaron varias semanas en averiguarlo y seleccionar la solución adecuada. Actualmente, 18 hermanas viven en el monasterio, que sirve como residencia de ancianos. Por lo tanto, se buscaba un sistema que fuera fácil de usar para todos los grupos de edad.
La arquitectura del complejo del monasterio es de estética sencilla, en la que los componentes de cierre deben encajar visualmente. Dado que, además de las enfermeras, también entran y salen huéspedes, asistentes a cultos, participantes en seminarios, así como pacientes y empleados del nuevo edificio de cuidados paliativos, la libertad de movimiento y, por ejemplo, también la conservación segura de los medicamentos fueron aspectos importantes. Además, era necesario integrar los sistemas de terceros existentes, como el control de registro horario del personal. Finalmente, todo el sistema debía ser fácil de administrar.